jueves, 19 de noviembre de 2009

un poco de otoño
















7 comentarios:

Andrés dijo...

¿Hacia dónde va -presurosa como una histérica- esa mujer de piedra?
¿Qué cosa asombrosa ha visto entre las hojas que amarillean?

Anónimo dijo...

El Otoño Se Acerca
de Angel Gonzalez

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

Luis dijo...

Otoño inglés
de Francisco Brines

No para ver la luz que baja de los cielos,
incierta en estos campos,
sino por ver la luz que, desde el oscuro centro de la tierra,
a las hojas asciende y las abrasa.
Yo no he salido a ver la luz del cielo,
sino la luz que nace de los árboles.
Hoy lo que ven mis ojos
no es un color que a cada instante muda su belleza,
y ahora es antorcha de oro,
voraz incendio, humareda de cobre,
ola apacible de ceniza.
Hoy lo que ven mis ojos
es el profundo camino de la vida en la muerte.

Este esplendor tranquilo
es el acabamiento digno de una perfecta creación
más si se advierte,
la consunción penosa de los hombres
tan sólo semejantesen su honda soledad,
mas con dolor y sin belleza.

El hombre bien quisiera que su muerte
no careciese de alguna certidumbre,
y así reflejaría en su sonrisa,
como esta tarde el campo,
una tranquila espera.

Andrés dijo...

Otoño son hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas, hojas... y también las otras hojas y tus ojos, claro.

De las hojas caídas de un tardío noviembre...

Bertone dijo...

No puedo mirar una fotografía sin pensar que tiene dentro un mandato algo así como "mira", no como una sugerencia, ni nada parecido, el tono es muy imperativo. "mira lo que ya no es". A veces estoy agradecida, como ahora. Decía Barthes que la fotografía es el retorno a lo muerto. El otoño también es el retorno a lo muerto. O sea que yo creo es que la mujer (que no es nada histérica) sale corriendo porque va hacia lo muerto, está fascinada por Tánatos, y no es de extrañar,porque a fin de cuentas, en esos mágnificos árboles de Amado, la muerte es condición de posibilidad de la vida.

Oh Toño dijo...

Es muy de agradecer todas las diferentes miradas, lo que se desprende de las palabras que caen como los días, las hojas de un perpetup calendario, que amarillea, las postales antiguas del pasado de ayer y de lo que nos queda en la memoria.
GRACIAS POR HACER POSIBLE ESTOS MOMENTOS... pudiera decirse aquello de que nunca un otoño tuvo tanta primavera...

Anónimo dijo...

Día de otoño

Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.

Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles dos días más del sur,
úrgeles a su madurez y mete
en el vino espeso el postrer dulzor.

No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo lo estará siempre,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el rodar de las hojas.

R M Rilke.