To "antabay" in Pangasinan means to "guide" and by doing so "nurtures and supports" to other. And one cannot guide unless one walks with the other, feels for the others.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Música de Bach para un sentimiento nuevo
Se dice habitualmente que toda la filosofía occidental no es más que una nota a pie de página en el pensamiento de Platón. Aceptando esta premisa podría decirse en paráfrasis que la música occidental no es sino otro tanto en la obra de Johann Sebastian Bach.
Posiblemente no exista ningún sentimiento humano, ninguna emoción (ajenos a la voluntad) por sutil que sea que no pueda verse reflejada en la música de Bach. Basta con escuchar su meditativo Clave Bien Temperado o las caprichosas Variaciones Goldberg para constatarlo. En el ejercicio de esta capacidad, casi un don, Bach podría encontrarse por encima del resto de compositores canónicos. Pienso por ejemplo en Mozart, Beethoven, Haendel (incluso Schönberg!) o cualquier otro compositor que un neófito como yo fuese capaz de citar.
Parece que el círculo cromático que Bach emplea es mucho más generoso que el del resto de compositores. Esta aseveración está muy lejos de ser una valoración. Tan sólo pretende referirse al estrecho vínculo emocional que Bach es capaz de establecer con sus oyentes. Igual que el viento es el sonido más afín a los árboles, la música de Bach es el sonido más afín a los hombres. Nos explica con su música complejísimas emociones que resultarían imposibles de insinuar siquiera sin más instrumento que la palabra. Las demás artes no serían capaces de llegar tan lejos. Así, por ejemplo, si existiesen las palabras precisas para nombrar las cosas no existiría la poesía. La poesía es una tentativa. Una tentativa de llegar a algún lugar luminoso pero borroso. Es como intentar mirar el Sol de frente. Sabes que está ahí pero no alcanzas a contornearlo con la mano. La poesía es lo que más se acerca a Bach. Lo que más se acerca porque Bach sí llega. Es su música la pura experiencia contemplativa. Una ciencia humilde, perseverantemente especulativa, y pragmática, por carente de pretensiones. Esto puede verse en su dominio del contrapunto interpretando simultáneamente dos melodías aparentemente contrapuestas(especulación y pragmatismo) que suenan como una sola. Un juego maravilloso como mirarse al espejo para comprobar que el reflejo se rebela desvinculándose de tus actos y cobrando vida propia pero sin dejar de ser tú.
Son tan complejas las melodías de Bach que algunas parecen compuestas para que les creemos, les apliquemos una emoción nueva, brillante como una moneda recién acuñada. Sería así una especie de primer motor sentimental. Nos invita a crear sentimientos nuevos. Conduce a pensar que su música venía, como un nuevo Mesías, a limpiar la humanidad de todo el horror acumulado en su historia. A creer que venía a hacer tabla rasa. Horroriza pensar y comprobar que no fue así. Basta con observar el curso del s. XX.
Absorbido por estas tribulaciones me recuerdo la tarde del 12 de julio de 1997 deambulando por un Madrid antiguo. Las cortinas flameaban en las ventanas abiertas al Sol mientras a cada paso, a cada golpe de vista la ciudad se me revelaba en un indefinible estado de meditación, postración y alegría. Recorriendo los primeros metros de la angosta calle del Rollo, el sonido de las cuerdas pulsadas de un clavecín llegó a mis oídos no sé de desde dónde. Era la BWV 974 de Bach. Me detuve embriagado por el sonido durante unos instantes hasta que la música se ahogó en el callejón igual que el dióxido de carbono devora al oxígeno. Mirando a uno y otro de los muros buscando ventanucos y respiraderos enrejados no fui capaz de descubrir la procedencia de la música. Respiré hondo el sólido aroma a caramelo que abovedaba el callejón y parecía filtrarse de los muros. Miré hacia arriba. Podía sentirse en la punta de los dedos el tacto azul del cielo. Cuántas maravillas se concitaron en aquella tarde de ensueño.
P.D. Cuando volví a casa encendí la televisión. Anunciaban que acababan de asesinar a Miguel Ángel Blanco. Tuve que inventar un sentimiento nuevo para esa jornada.
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2 comentarios:
A sus pies Don Luis.
Qué alegría cuando te sueltas,Qué borbotón, qué manantial.
Bajo la cascada de tus hermosas palabras,quedo...
Gracias querido Amado.
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