jueves, 18 de febrero de 2010

Secuencias para la memoria (XIV)

2 comentarios:

Amado dijo...

Enorme y bella.
Que grandiosa sensación disfrutar de una sala de cine en soledad, sin ruido, sin gente tosiendo, hablando, andando,comiendo...

Andrés dijo...

Es una película llena de ternura y de cine, la esencia del mejor cine. Tiene un montón de secuencias imborrables, sobre todo en los momentos entre Totó y Alfredo y, por muchas veces que uno la vea, siempre se queda un nudo en la garganta cuando, en una de las escenas finales cuando regresa al pueblo, se reencuentra con sus recuerdos y los rostros envejecidos del pasado contemplan el derrumbe de una forma diferente de sentir el cine, el de la sala Paradiso.