lunes, 3 de mayo de 2010

Bilbao-New York-Bilbao

Aquí está la propuesta de lectura para comentar en la tertulia de junio.


Bilbao-New York-Bilbao
Autor: Kirmen Uribe
Editorial Seix-Barral

También en euskera, para los más atrevidos.

3 comentarios:

Amado dijo...

Hecho.Curioso libro que me ha llevado y traido de aquí para allá. De unos a otros. Casuales hallazgos. He leido en él cosas que os están pasando a algunos de vosotros. También mías. Gracias Alvaro por la recomendación.

Andrés dijo...

Curiosa novela como proyecto de historias, de contar cómo vestir una novela, de cuentos o anécdotas que parecen ser más reales que la propia ficción de contar una realidad. también compendio de lugares comunes y de despedidas, literatura de viajes también, y de reencuentros... me ha gustado, en algunos momentos me ha conmovido, como casi siempre, es lo que no se cuenta lo que convierte la historia, y con ella las emociones, en lo más intenso, también la vida, lo que se deja sin contar o sólo se vislumbra como una anécdota, convierte en importante, las historias aparentemente paralelas... GRACIAS SR. ARGUMEDO, UN GRATO PLACER

elplacerdelalectura.com dijo...

La primera novela del escritor vasco Kirmen Uribe, ‘Bilbao-New York-Bilbao’ se estructura en torno a un viaje en avión entre el aeropuerto de Loiu en Vizcaya y el JFK de Nueva York. Es verdad que el viaje como leitmotiv literario es uno de los tópicos más gastados de la literatura universal desde los tiempos de Homero y compañía hasta llegar al mundialmente famoso ‘El corazón de las tinieblas’ de Joseph Conrad, pero Uribe no se plantea su narración como un ‘bildungsromance’ al uso donde su personaje (en realidad él mismo) sale transformado de la experiencia, sino como un recurso narrativo para que en un corto espacio de tiempo se ordenen los fragmentos de vidas pasadas al más puro estilo proustiano. (leer más)

Kirmen Uribe, hasta ahora conocido por su poemario ‘Bitartean heldu eskutik’ (‘Mientras tanto dame la mano’, Visor, 2003), posiblemente la recopilación de poemas en lengua vasca más importante, y tranquila, de los últimos años y que en sus motivos sencillos, nostálgicos y familiares, más ha ayudado a seguir forjando ese imaginario literario de ánimas melancólicas que miran el bucle ya sin apasionamiento y se lamentan de todo lo que Euskadi ha perdido, no tanto a manos de otros (la gran figura mítica durante la dictadura y la Transición) sino en sus propias manos, ciegas, criminales de forma voluntaria por los forjadores de patrias alumbradas a base de imposiciones cuarteleras pero también con tiros en la nuca y bombas-lapa, todo hay que decirlo.Y es curioso que como en la última novela vasca que he reseñado, ‘La patria de todos los vascos’, de Iban Zaldua, el último alto el fuego frustrado de ETA sea parte importante del relato, subrayando uno de los traumas modernos más persistentes en el País Vasco: el de la complicada salida de su espiral violenta, el de volver a reencontrar el ser definitivo de una región que, en este caso, se mira en su pasado agricola/pesquero y en el arte de un pintor como Aurelio Arteta, alguien que no hizo ascos a romper el molde de la iconografía vasca forjada a hierro y que lo mismo recibió encargos desde sectores tradicionalistas que desde personas afines al PNV. ¿Un modelo para el propio Uribe? La elección del lehendakari Patxi López del fragmento de uno de sus poemas para tomar posesión bajo el sacralizado árbol de Gernika y el plácet del escritor a la decisión del político dejan a las claras la deriva ideológica de un creador que quisiera ser a un tiempo parte social y el barco para cruzar el río donde los contrarios se encuentran, y hablan.

Al hilo de esta elección por parte del lehendakari se suscitó una estúpida polémica sobre si la novela, galardonada con el Premio Nacional de Narrativa 2009 antes de ser traducida siquiera al castellano, había sido de alguna manera favorecida por la larga mano en Madrid del presidente de los vascos. Miserable insidia de los que olvidan que en 2002 Unai Elorriaga recibió igual galardón por una también inédita entonces en lengua castellana ‘Un tranvía en SP’. Más les hubiera valido preguntarse si la obra en cuestión merecía tal galardón por sus méritos estrictamente literarios, y tras su lectura he de decir que aunque no es inferior a las francamente pobres obras de Juan José Millás y Vicente Molina Foix premiadas en años anteriores, sino todo lo contrario, la novela de Kirmen Uribe es un artefacto novelesco débil que vive mejor en el reino de lo sugerido, de la poesía sutil y etérea.