domingo, 14 de noviembre de 2010

Luto en el Imperio austrohúngaro

Adiós al cineasta genial: Luis García Berlanga fallece a los 89 años. Tras recibir el último homenaje de su público en la capilla ardiente intalada ayer en la Academia de Cine, el cineasta será enterrado hoy en Pozuelo de Alarcón.
Con Luis García Berlanga muere un estilo, una voz, la visión de un país, una cultura, una filosofía propia sobre el género humano, zurcida a dúo con otro genio, el guionista Rafael Azcona. Fue fetichista, director de una colección de literatura erótica que ha marcado época, como la sonrisa vertical. Pero ante todo fue el cronista y la conciencia -buena y mala- de un país enfangado por los traumas de la guerra, el notario de una supervivencia colectiva. Amante de la improvisación, en su última etapa no se hartaba de decir que los guiones eran los Goebbels de las películas, que confiaba en una naturalidad instantánea, un rayo de inspiración que a veces cuadraba mal con su obsesión por los planos secuencia, pero que cuando funcionaba le resultaba redonda. Valenciano, mediterráneo, obsesionado por la sensualidad, su cine fue una manera de hablar, una manera de plantar cara al absurdo de la vida con humor y tragedia, con piedad y comprensión. La obra de un poeta visual, descarnado y tierno, radical y piadoso.

Berlanga es uno de los mitos del cine español con un gran elenco de obras maestras tales como "¡Bienvenido, Mr. Marshall!" (1952), "Calabuch" (1956), "Plácido" (1961) y "El verdugo" (1963).

Formado en los Jesuitas, en Valencia, donde nació, en 1921, y en un internado de Suiza, estudió después Derecho y Filosofía y Letras, carreras que dejó para intervenir en los últimos meses de guerra civil española al lado republicano y después se enroló en la División Azul. Finalmente tendría la diplomatura en dirección cinematográfica.

Según un portavoz de la familia, García Berlanga ha fallecido "de mayor" y "tranquilamente".

Berlanga, que recibió el Premio Nacional de Cinematografía (1981) y la Medalla de Oro de Bellas Artes (1983), representó a España en los Óscar en más de una ocasión, como ocurrió a principios de los años 80 con "Patrimonio nacional". El cineasta y académico también fue Premio Príncipe de Asturias en 1986. Ha dirigido también cintas como "La vaquilla" (1985), "Moros y cristianos" (1987) y "Todos a la cárcel" (1993). Su última película fue "París-Tumbuctú".


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