domingo, 27 de octubre de 2013

Lou Reed to fly, fly, fly away

Hasta siempre, Lou.
Pocas afirmaciones tan tajantes y pocas tan poco cuestionables: Lou Reed fue el hombre más importante en la música popular desde el advenimiento del rock. En una carrera diferenciada en tres etapas, el músico estadounidense empezó formado parte de The Velvet Underground, "el mejor grupo en el mundo, de todos los tiempos; nadie llegó jamás a acercarse siquiera a ellos ni llegará a hacerlo", según lo definió él mismo durante su última visita España, hace ahora un año.
Luego inició una carrera en solitario, con discos imprescindibles del rock de los 70, como 'Transformer' (1972), 'Berlin' (1973) y el directo 'Rock 'n Roll Animal' (1974). Y, a partir de los 80, se consolidó como referente de la música de vocación exploratoria, al tiempo que maduraba su sonido en álbums como 'New York' (1989) y 'Magic and loss' (1992).
Lou Reed ha muerto cinco meses después de que se supiese que se había sometido a un transplante de hígado, lo cual le obligó a cancelar una extensa gira de conciertos en Estados Unidos. Anteriormente ya suspendió las actuaciones que tenía previstas en España junto a su mujer, Laurie Anderson, argumentando que "no era el momento de tocar en España". Pero, a cambio, el pasado noviembre ofreció un recital gratuito en el Teatro Español de Madrid, en el que leyó las letras de algunas de sus canciones. Y son las canciones las que le han llevado la gloria. Una revisión al estupendo libro 'Lou Reed. Atraviesa el fuego. Todas las canciones' (Mondadori, 2000), confirma la capacidad compositiva del neoyorquino, tanto en solitario como junto a la Velvet. El primer disco del grupo, 'The Velvet Underground and Nico' es uno de esos discos sobre los que existe un acuerdo unánime de ser una obra maestra de principio a fin. 'Sunday morning' era una bellísima y delicada obra de arte pop sobre la mala vida.
'I'm waiting for the man' traducía a el nerviosismo del mono a la forma de canción, mientras que 'Heroin' se convertía en una oda al 'jaco' con dimensiones de epopeya. 'Venus in furs' convertía en densa psicodelia las enseñanzas de Sacher-Masoch, mientras que 'Femme fatale' y 'I'll be your mirror' trascendían la mera declaración de amor de Reed a Nico para llegar al centro mismo del amor. 'All tomorrow's parties', 'Black Angel's death song' y 'European son' fueron, por su parte, el punto de partida de la distorsión en el rock.Considerado al fin un músico a seguir, Reed dio un volantazo radical en 1975 con 'Metal machine music', una patada en los testículos de la industria musical a partir de una serie de distorsiones y ruido en el límite de lo soportable. Su comportamiento errático y su carrera de adicciones y relaciones al límite (como con la travesti Rachel) se reflejó en su producción musical de esos años. Hasta que con 'The blue mask' (1982) y 'New sensations' (1984) pareció sentar la cabeza, anticipando la madurez de 'New york' (1989). En los últimos años había publicado tres discos: el homenaje a Edgar Allen Poe 'The Raven' (2003), el disco de música ambiental-experimental 'Hudson River meditations' (2007) y su colaboración con Metallica 'Lulu' (2011), que muchos lamentarán que ponga punto y final a la producción discográfica de este genio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A nuestros vecinos:

¡Qué otoño tan maravilloso! Todo reluciente y dorado y toda esa increíble luz suave. El agua nos rodea.

Durante los últimos años Lou y yo pasamos tiempo aquí, y aunque somos gente de ciudad este es nuestro hogar espiritual.

La semana pasada le prometí a Lou que lo sacaría del hospital y volveríamos a casa a Springs. ¡Y lo conseguimos!

Lou era un maestro de tai chi y pasó sus últimos días aquí feliz y deslumbrado por la belleza y el poder y dulzura de la naturaleza. Murió el domingo por la mañana mirando a los árboles y haciendo la famosa posición 21 del tai chi con tan solo sus manos de músico moviéndose en el aire.

Lou era un príncipe y un guerrero y sé que sus canciones sobre el dolor y la belleza en el mundo llenarán a muchas personas con la extraordinaria alegría de vivir que él tenía. Larga vida a la belleza que desciende y perdura y que se adentra en todos nosotros.

Laurie Anderson

Su amante esposa y eterna amiga

David Trueba dijo...

Los grandes músicos de jazz de los años veinte norteamericanos lograron visualizar la tremenda injusticia de la segregación racial. Bendecida hasta entonces por la fuerza de la costumbre y las ideas supremacistas, consideradas por muchos blancos como algo irrenunciable, la evidente admiración del talento negro comenzó un proceso imparable de reparación. En la cuarta temporada de la serie Boardwalk Empire se aprecia el complejo proceso de aparición de los clubes de jazz y su imbricación con el mercado de las sustancias ilegales. Años después la irrupción de Elvis Presley, Jerry Lee Lewis y finalmente los Beatles tradujo su éxito musical en la independencia de la juventud, convertida ya para siempre en valor de mercado y sector de influencia. Frente a la lucha de clases, ya tradicional, se instauró la lucha generacional que aún ejecuta su danza en el orden social.

La música se convirtió en el gran enemigo de los regímenes autoritarios. Primero se encaró con la represión latente en las sociedades democráticas y luego se convirtió en la mayor amenaza para las dictaduras supervivientes. A finales de los años noventa pude ver sentados juntos en un restaurante de Praga a Lou Reed y a Václav Havel departiendo como amigos. El presidente de la liberada República Checa siempre expresó su deuda con músicos como Reed o Frank Zappa. De la influencia de ambos había surgido un grupo local checo llamado Plastic People of the Universe, a partir de cuya prohibición y posterior reivindicación se armó una resistencia joven y culta.

Tom Stoppard, el dramaturgo afincado en Inglaterra, escribiría una pieza titulada Rock & roll en la que trataría este asunto trascendental para entender el fin del comunismo en Europa. La famosa revolución de terciopelo que acabó con la dictadura checa tendía por tanto un evidente lazo de contacto con la Velvet Underground, el grupo fundado por Lou Reed y John Cale bajo el padrinazgo de Warhol. Pero ese terciopelo subterráneo es el que mejor define la potencia de rebelión que contiene la música y la expresión artística joven cuando no se rinde al estatus de distracción comercial inane. Es oportuno recordar, a la muerte de Lou Reed, la hermosa peripecia del rock de terciopelo como lija en el derribo de los muros más inexpugnables.